Vecinos de Armilla denuncian molestias por una jauría de perros junto a sus casas
El Ayuntamiento explica que el problema procede de la propiedad de una persona que tiene problemas psico-sociales y que está en manos del Seprona
Daniel, vecino de Armilla, no puede dormir desde hace semanas hasta bien entrada la madrugada. «Ayer mismo estuvimos en vela hasta las tres de la ... mañana», lo secunda María, otra de las residentes de una urbanización situada en la Avenida de la Investigación. La razón son los ladridos y aullidos de una jauría de perros que se encuentran en un chalet próximo a su edificación y que no les deja descansar durante el día, pero sobre todo, en las noches.
El residencial se encuentra a unos metros de distancia del solar en el que se ubican los animales, pero conciliar el sueño con las ventanas abiertas es imposible para sus inquilinos. Es el caso de Daniel y María y de otros cientos de ciudadanos. El panorama empeora cuando sus estancias dan a la parte del terreno que comunica directamente con la parcela en cuestión, en la que también hay una casa.
Los afectados desconocen a quién pertenece, pero, por la cantidad de aullidos que perciben, calculan que debe de haber más de una decena de perros. Según explican los vecinos, tienen este problema desde hace ya dos años. «En invierno es más llevadero porque vivimos con las ventanas cerradas, pero ahora es insoportable», detallan. Esta misma semana sufrieron los ladridos y aullidos a altas horas de la madrugada y tuvieron que llamaron a la policía. «Necesitamos que nos hagan caso y que las autoridades tomen medidas», añaden.
Escritos y actuación
Los perjudicados aseguran que han presentado diversos escritos al Ayuntamiento de Armilla y que ya el pasado verano trasladaron a la Policía Local su situación sin obtener ninguna respuesta. A sus quejas se suman las de los negocios y las empresas situadas en el polígono industrial que hay en la zona. Los trabajadores explican que escuchan los ladridos y que estos incrementan y son más abundantes, principalmente, a partir de la tarde.
El terreno en el que están los perros se encuentra de forma contigua a un bar y a otro conjunto de chalets, en los que sus vecinos también perciben las molestias. Solo un muro separa el lugar de algunas viviendas y de una avenida con una zona ajardinada que muchas familias utilizan como espacio de recreo en el que suelen pasear. En el entorno hay también un descampado que los ciudadanos utilizan como lugar de aparcamiento.
Desde el Ayuntamiento de Armilla indican que tienen constancia de los hechos y que se trata de una situación «complicado». Aseguran que el responsable es una persona con problemas psico-sociales, que no está capacitada para la tenencia de animales y que la Policía Local de Armilla ha puesto en conocimiento del Seprona esta lo sucedido. Hay un procedimiento abierto, aunque desconocen cuándo actuarán los agentes.
Una patrulla se personó en el domicilio la madrugada del viernes y advirtió al inquilino del ruido y las quejas, pero no pudo entrar en la propiedad. El individuo se dirigió con agresividad a los agentes y les indicó que «solo tenía un perro».
Este hecho provocó que los efectivos interpusieran una denuncia administrativa por ruidos y trasladaran a subdelegación del Gobierno la agresión verbal a la autoridad. Desde el Ayuntamiento de Armilla insisten en que la Policía Local busca otra vía para poder atajar el problema definitivamente y que esperan que se pueda solucionar cuanto antes para garantizar el descanso de los vecinos.
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