Un concierto a medida
Jorge Fernández Bustos
Viernes, 19 de abril 2024, 21:20
Juan Pinilla, más moderado que nunca, dio un recital en la Corrala de Santiago, con Antonio de la Luz como escudero y la sombra de ... su buen hacer a sus espaldas. Con traje rosa palo, corbata y pañuelo a juego, se ciñó a un puñado de cantes, de corte tradicional, ricos en ayes y contención, como acostumbra. El patio lleno, casi todos parroquianos. Lamentablemente hubo algunos interesados que no pudieron entrar, y es que el aforo es reducido y la gratuidad golosa. Cantar en la Corrala es como pasar un examen, no solo por la calidez de la cercanía, sino también por la calidad de los asistentes. Juan se siente como en casa, rodeado de amigos y con la seguridad de un repertorio trillado. Tiene la tranquilidad añadida de tener la guitarra de Antonio de la Luz a su lado; un tocaor de fondo, creativo y muy flamenco, sin una nota de más ni una de menos, que es capaz de portar en volandas a cualquier cantaor. El granadino de Huétor Tajar le concede al guitarrista todo el espacio posible para escucharlo y dejarse llevar. Tanto es así que lo del miércoles no fue un recital tan solo de cante, sino también de toque, un tándem aclamado. El primer cante fue por granaínas, tácito homenaje a su tierra. Una granaína que llevó casi al romance, acordándose de la toma de Granada. Su segunda entrega fueron las alegrías 'Hijos de Gades', que grabó con este mismo tocaor en su disco 'Humana raíz', de 2021. Pinilla ilustra los cantes, está sobrado de compás y es versátil, puede tanto cantar en catalán como meter a Groucho Marx por tanguillos. No obstante no quiso concederle un minuto al 'desvarío'. Así, continuó con un par de malagueñas desnudas (sin el usual abandolao). Y, en la soleá, se acordó de Pastora, de Pepe Pinto y de la casa de los Pavón. En la recta final, apostó por las seguiriyas, quizá con menos desgarro del deseado entre tanto encaje. Tras los aplausos, aún quedaba un fin de fiesta por bulerías y cuplé, para las que requirió un poquito de compás a los artistas presentes. Un lujo de agradecer contar con las palmas de los maestros Curro Andrés, José Maya y Francisco Manuel Díaz.
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