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Repensar la Alhambra

Jesús Lens

Granada

Lunes, 12 de mayo 2025, 00:11

Que Robert Plant, vocalista de los míticos Led Zeppelin, vaya a actuar en el Palacio de Congresos es una noticia, un lujo y un privilegio. ... Que lo hubiera hecho en la Alhambra habría sido un acontecimiento. Como lo fue lo de Patti Smith y Bob Dylan. Lástima que la desidia y la inoperancia, por decirlo suavemente, de los gestores del monumento nazarí lo hayan impedido. Lo contaba ayer nuestro director, Quico Chirino. Que la adjudicación del ciclo musical de verano en el Teatro del Generalife a una empresa que no tenía la capacidad de hacerlo fue una chufla. De nuevo por ser discreto en la apreciación. Tanto es así que, para evitar la posible judicialización del asunto, la Junta ha optado por anular un procedimiento que no se había hecho conforme a la legislación. La pregunta: ¿habrá alguien que asuma alguna responsabilidad por el desaguisado? El ciclo 1001 Músicas que patrocina CaixaBank y que tantos réditos culturales, económicos y de imagen dejó en el pasado se reparte por cuatro escenarios de la ciudad. Pero ninguno es el recinto alhambreño. ¡Vaya tela! Debemos congratularnos porque siga y agradecer a Pepe Rodríguez y a la entidad financiera que no hayan tirado la toalla, eso sí. Dicho lo cual, es buen momento para preguntarnos por el papel de la Alhambra como agente cultural, sobre todo, de cara a la hipotética capitalidad de 2031. No hablo de acoger la actividad promovida y organizada por otros, sino de la suya propia. En el contexto internacional en que nos encontramos, el monumento debería ser un foco imprescindible para la reflexión y el análisis sociopolítico y filosófico. Un centro de pensamiento sobre el papel de las humanidades y la tecnología; de las artes y las ciencias en la sociedad, sobre su importancia como elementos democratizadores. En la Feria del Libro se ha presentado Cultur-alh, un festival literario que traerá a Salman Rushdie, Hervé Le Tellier, Cristina Rivera, Yung Beef o Luis García Montero, entre otros, entre el 3 y el 5 de octubre. Es un buen paso. Pero la Alhambra debería tener la capacidad de generar más, mucho más. Ojalá que la nefasta gestión realizada con el tema de la música —insisto en que deberían depurarse responsabilidades— sirva como toque de atención. Sería un momento muy apropiado para reflexionar sobre el sentido que debería tener el Plan Alhambra de cara a la candidatura a la capitalidad y si ha de circunscribirse única y exclusivamente a la recuperación patrimonial del entorno del monumento nazarí.

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