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Santos Cerdán, Carles Puigdemotn y Jordi Turull durante las negociacioes de investidura en 2023. EFE

Se busca interlocutor para la mesa de Ginebra

Junts se fiaba de Cerdán porque guardaba el secreto de las citas en Suiza y los pactos, con él, se cerraban

Cristian Reino

Barcelona

Sábado, 14 de junio 2025, 00:03

Santos Cerdán no solo era el delegado jefe del PSOE en la mesa de Suiza, donde los socialistas y Junts llevan año y medio negociando el devenir de la legislatura española de mes en mes. El ya exsecretario de Organización de los socialistas se había ganado la complicidad de los independentistas y había trabado un trato muy estrecho con el secretario general de Junts, Jordi Turull, el designado por Carles Puigdemont para pilotar los contactos con el partido que sustenta el Gobierno. Turull fue casi el único dirigente político que durante el 'jueves negro' del PSOE pidió «defender la presunción de inocencia» de su interlocutor en Ginebra.

En dos años, han forjado una relación de confianza y casi hasta de amistad, según fuentes próximas al número dos de la formación nacionalista. Han pasado horas y horas negociando (investidura, ley de amnistía y delegación de las competencias de inmigración a la Generalitat, entre otras cuestiones), lo que ha permitido que hayan labrado un vínculo personal que más allá de lo profesional. En privado, cuando habla de Cerdán con periodistas, Turull se refiere a él por su nombre de pila y como si le conociera de toda la vida.

El dimitido secretario de Organización socialista negoció el apoyo de Junts a la investidura y empezó a ser conocido por el gran público cuando posó junto a Carles Puigdemont y el propio Turull en un despacho de la formación nacionalista en el Parlamento Europeo. El entonces número tres del PSOE, el expresidente de la Generalitat y el secretario general de Junts posaron sentados en un sofá, bajo un cuadro de fondo con una gran fotografía en la que aparecía una urna del día del referéndum ilegal del 1-O de 2017.

Cerdán y el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, han sido los dos principales interlocutores de los postconvergentes en Waterloo y en Ginebra. Zapatero despacha con Puigdemont y el exnúmero tres del PSOE hace lo propio con Turull. Acompañado casi siempre de su lugarteniente, el diputado socialista por Jaén Juan Francisco Serrano.

La mesa de Ginebra se reúne una vez al mes. A finales del año pasado, estuvo a punto de descarrillar por la amenaza de los secesionistas, que reclamaban a Sánchez que se sometiera a una cuestión de confianza para renovarle el aval de la investidura. Exigían avances en las cesiones pactadas para la reelección de Sánchez; sobre todo en lo que tiene que ver con la aplicación efectiva de la amnistía y con la oficialidad del catalán en la UE.

La confianza sigue tocada meses después, con el agravante de que el PSOE ha perdido al dirigente del que más se fiaban los postconvergentes, que ahora temen que todo se enrede aún más. Con él cerraban los acuerdos, pero las quejas de los soberanistas llegaban cuando lo pactado con Cerdán se trasladaba a la mesa del ministro de turno. Sobre todo a la del titular de Justicia, Félix Bolaños (que sí tiene buena relación con Esquerra), o la del de Interior, Fernando Grande-Maralaska.

Confidencialidad total

En Junts siempre han valorado de Cerdán que haya respetado la confidencialidad de las negociaciones de Ginebra. Ni se sabe de lo que hablan, ni cuándo se reúnen, ni el lugar exacto. Ambas partes pactaron secretismo absoluto y así ha sido hasta la fecha. Respetar este punto generaba confianza, según los soberanistas. La sensación para Junts siempre ha sido como la de tener hilo directo con el presidente del Gobierno.

En la formación de Puigdemont, en cualquier caso, llevan meses amenazando con la ruptura, pero no pasan del amago mientras el presidente del partido siga pendiente de que los tribunales le apliquen la ley de amnistía y el catalán continúe a la espera de su reconocimiento como lengua oficial de la UE.

Los postconvergentes urgen ahora una reunión de Sánchez con Turull y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, para saber en qué punto exacto quedan las relaciones entre ambos tras el 'caso Cerdán' y para calibrar la «viabilidad» de que el presidente del Gobierno agote la legislatura como es su intención. Y si hay nueva reunión en Ginebra, habrá que ver quién acude en nombre del PSOE.

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