San Jerónimo abre sus puertas a la realeza

El monarca fue recibido por el hermano mayor de la Real Maestranza de Granada, Gonzalo Martínez-Carrasco, que le entregó el bastón que representa su cargo a Felipe VI. Desde ahí, rodeando el maravilloso claustro, el séquito se dirigió hasta el salón del refectorio, donde se celebró la junta extraordinaria de la Real Maestranza de Granada, a la que se sumaron los responsables del resto de maestranzas de España. Se celebró a puerta cerrada. «En la España constitucional, vuestro deber es el compromiso con los más altos estándares morales y éticos», dijo Felipe VI, quien pidió a las maestranzas «estar abiertas al exterior y tener presencia en el territorio».

Fue Juan de Borbón, abuelo de Felipe VI, quien propuso que las Reales Maestranzas se encontraran una vez al año para estrechar relaciones. Lo hacen de forma rotatoria y este 2025 es el turno de Granada. Además de Felipe VI, otros notables que se han dado cita en Granada han sido Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, duque de Calabria; Rafael Atienza, marqués de Salvatierra; Luis Alonso y Stuyck, barón de Almiserat, Mauricio Álvarez de las Asturias, vizconde de Caparacena; Joaquín Ignacio Cavero, conde Gabarda; e Isabel Pascual de Quinto y Santos Suárez, baronesa de Tamarit.

En total, unas cien personas entre invitados, tenientes de hermano mayor, secretarios y fiscales de las Maestranzas. La anfitriona, la de Granada, ha participado con su junta de gobierno y sus maestrantes. Todos ellos han asistido a actos protocolarios y encuentros para definir líneas de trabajo en temas relacionados con la cultura, el mecenazgo y los compromisos sociales. Fuera de programa ha habido visitas a Granada.

Pero ¿qué son las Reales Maestranzas de Caballería? Son instituciones que surgieron en Andalucía a finales del siglo XVI. Hubo doce, pero solo subsisten cinco. La primera es la de Ronda, establecida en 1573, seguida de la de Sevilla (1670). Posteriormente aparecen la de Granada (1686), Valencia (1697) y Zaragoza (1819). Desde su nacimiento tuvieron ciertos privilegios, como la realización de corridas de toros. Algunas de ellas mantienen aún sus plazas, como la de Ronda y Sevilla.

La de Granada estaba situada en lo que son los Jardines del Triunfo, pero resultó destruida en un incendio en 1876. Hoy día renuncian a cualquier tipo de prerrogativa. Para ingresar en la Real Maestranza de Caballería de Granada es necesario ser católico practicante y de nobleza probada, notoria y esclarecida de los cuatro primeros apellidos. Además, deben gozar de buena reputación por conducta y honradez. No hay obligación de residir en Granada.

A la salida del refectorio, Felipe VI era esperado por Juanma Moreno, que le acompañó hasta el claustro superior, donde tuvo lugar la concesión del Premio Hernán del Pulgar. Gonzalo Martínez-Carrasco glosó en primer lugar las glorias de Hernán, al que definió como «un hombre de armas y letras, que se caracterizó por su honor, sacrificio y afán de superación, los tres valores que defiende el propio Premio Hernán del Pulgar». El distinguido, el teniente coronel Fernando Cid Auñón, expresó el «honor de un soldado humilde de recibir el Premio del primer soldado de España». «La situación internacional exige que los ejércitos estemos preparados», aseguró el militar, quien ha sido reconocido por un trabajo titulado 'Conocernis más, decidir mejor ¿cómo mejorar la toma de decisiones en operaciones?'. Junto a Felipe VI, la alcaldesa Marifrán Carazo y Juanma Moreno.

El 18 de diciembre de 1490, dos años antes de la toma de Granada, uno de los caballeros de las tropas católicas, llamado Hernando del Pulgar, descendió por el cauce del Darro, guiado por un converso, hasta alcanzar la mezquita. Dejó clavado en la puerta un pergamino donde se podía leer: «Ave María». Allí, en lo que actualmente es la iglesia del Sagrario, entre la Catedral y la Capilla Real, fue enterrado en 1531. Granada honra tributo este viernes a don Hernando, 'El de las hazañas' -así reza en su escudo-, con la entrega del Premio Hernán Pérez del Pulgar, que convoca desde hace veinticinco años la Maestranza de Granada entre personal del Ejército de Tierra.

A continuación, la comitiva bajó hasta la espectacular iglesia de San Jerónimo, en cuyo altar mayor yacen los restos del Gran Capitán. Ahí se realizó la ofrenda floral. Felipe VI conoció todos los detalles de esta joya del Renacimiento. A las 13,10 horas Felipe VI abandonó el Monasterio, no sin antes hacerse una foto con los niños cantores de la Catedral de Guadix, que habían cantado en la homilía. Los responsables del coro le hicieron entrega de una jarra accitana.