En Motril

«El okupa ha quemado mi piso cuando lo íbamos a desahuciar»

Explica a este periódico que en esa vivienda, propiedad de la familia desde hace décadas, vivieron los mejores veranos de su infancia. Sin embargo, llegó una época en la que dejaron de ir, por lo que decidieron alquilarla para ganar unos ingresos extra. Se la arrendaron a un hombre que pagó solo los primeros meses. Desde entonces vivía allí sin abonar la renta. «Iniciamos un desahucio por incumplimiento de contrato y hemos estado dos años y siete meses para echarlo. Él se inventaba artimañas y presentaba alegaciones, el proceso debería haber durado unos ocho meses, pero aquí estamos», apunta el abogado.

El primer lanzamiento se fijó para el 7 de mayo de 2024, pero se suspendió. Hace un mes hubo otra anulación y, por fin, este martes a las 10.00 horas estaba previsto el que parecía el definitivo. Según consta en la resolución, a la que ha tenido acceso este periódico, se autorizaba a la comisión judicial para, en el caso de que fuera necesario, por encontrarse cerrado el inmueble o no consentirse la entrada, «a que lleve a efecto la diligencia adoptando las medidas que fueran necesarias, incluso el auxilio de la fuerza pública».

Durante la madrugada del martes, mientras los propietarios dormían, recibieron una llamada horas antes de la cita. «Nos avisaban de que el okupa le había prendido fuego al piso y estaba calcinado. Había varios focos en distintas habitaciones», lamenta Joaquín. La Policía Nacional ha abierto una investigación sobre el suceso, que se produjo en torno a las 1.00 horas, según informó ayer el cuerpo, que no ha precisado la identidad del posible autor del fuego. No hay detenidos por el momento. La Policía Científica ya ha acudido al lugar de los hechos.

La vivienda ha quedado inhabitable. «Está destrozada. Mi madre ha sufrido una crisis de ansiedad cuando ha visto cómo está el lugar donde veraneaba cuando era una niña», lamenta el abogado, que recuerda cómo el inquilino les pidió «2.000 euros para irse». «No se lo dimos porque no creo en eso, creo en la justicia», insiste. Ahora se abrirán diligencias por el incendio y se le imputará un delito de daños al causante, si se demuestra quién es. Mientras, a la familia le toca enfrentarse al quebradero de cabeza que supone el papeleo de los seguros. «Por mucho que nos den, será escaso en comparación a lo que hemos perdido y lo que nos va a costar arreglarlo», lamenta el afectado, que ayer regresó a Málaga con el alma en los pies.