
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Aparcamiento que podemos catalogar de insólito el que ha reflejado la Policía Local de Granada en sus redes sociales. «No sabemos si el conductor de la moto estacionó ahí sin querer o quiso que la persona con discapacidad que trabaja en el kiosco de la ONCE tuviera la tarde de descanso cuando llegó a su puesto y no pudo entrar». En efecto, dejó su moto en la misma puerta del establecimiento, en la calle Recogidas de la capital. Y, además, sobre la acera.
La historia sucedió así: la vendedora, con discapacidad visual, tendría que haber abierto su kiosko a las seis de la tarde, pero se encontró el percal. Su trabajo quedaba en suspenso.
La afectada, entonces, entró en las cafeterías aledañas preguntando si el motorista estaba por allí. Pasada una hora, nadie se dio por aludido, así que llamó a la Policía Local.
Hasta la zona se desplazó una unidad motorizada, que fueron los encargados de intervenir. Acto seguido fue el gruista el que hizo su trabajo. «La mujer estuvo hora y media sin poder vender», aseguran fuentes del Cuerpo.
La infracción fue catalogada como «grave» y conllevó 200 euros de multa para el motorista que, eso sí, se dio más prisa en retirar su moto del depósito, ya que apenas estuvo media hora allí.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.